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DIFICULTADES DEL APRENDIZAJE: DISLEXIA, DISCALCULIA, DISGRAFÍA

  • Carmen Lloret
  • 1 nov 2017
  • 6 Min. de lectura

Actualmente, dentro del ámbito educativo nos encontramos ante una serie de alumnos y alumnas que presentan, como hemos estado viendo hasta ahora, dificultades en el proceso de aprendizaje. Todas estas dificultades del aprendizaje afectan cada vez a un número mayor de alumnado que se ve desbordado por las exigencias que marca el sistema educativo en el que nos encontramos y que, incapaces de enfrentarse a esta situación, “tiran la toalla”, aumentando de este modo en porcentaje de abandono escolar.




Durante años, la incapacidad del sistema educativo para ofrecer una respuesta educativa de calidad a este alumnado, la escasa formación del profesorado, los programas educativos reactivos, así como todos los factores que contribuyen a que nuestras escuelas ofrezcan un programa educativo destinado a un sector concreto, han logrado que el alumnado que presentaba dificultades en la lectoescritura, como la dislexia o la disgrafía, o dificultades matemáticas, como la discalculia, hayan sido considerados alumnado de bajo rendimiento, vagos o torpes, fomentando el fracaso escolar y el abandono de la escuela en muchos casos.


A pesar de que las nuevas propuestas educativas abogan por la atención a la diversidad y proponen un sistema educativo inclusivo, la realidad de las aulas sigue siendo la misma que hace 40 años. Los alumnos y alumnas tienen que situarse dentro de un estándar homogeneizado, cuyo objetivo no es el aprendizaje, sino que la mayoría de estos alumnos /as aprueben las distintas pruebas que se les marcan, sin tener en cuenta los diferentes ritmos y estilos de aprendizaje que cada uno pueda presentar. Como se entrevé en este planteamiento, la responsabilidad sobre el proceso de aprendizaje recae en las capacidades del alumno, considerando que las dificultades que presenta son un problema del alumno en cuestión y no un problema de la institución educativa que no es capaz de adaptar la respuesta educativa a las necesidades concretas que presenta.

Todas estas dificultades del aprendizaje deberían hacernos reflexionar acerca del funcionamiento de la escuela y de su evolución, ya que es un problema que afecta a un número alto de alumnos y a sus familias, que ven cómo sus hijos e hijas invierten mucho tiempo y esfuerzo en realizar las tareas, en prepararse para superar los exámenes, en acudir a distintos profesionales,… ocupando la mayor parte de su horario diario en superar estas exigencias educativas, en lugar de disfrutar de otras actividades igual de importantes. Asimismo, este alumnado, con el paso del tiempo, ve cómo sus esfuerzos no son proporcionales al esfuerzo realizado y optan por desistir, perdiendo así todo el interés hacia el aprendizaje.


Por todo ello, pretendo ofrecer algunas pautas y herramientas a las familias y a los distintos profesionales que intervienen en el proceso educativo del alumnado que presente o pueda presentar estas dificultades de aprendizaje, con el objetivo de lograr que, entre todos, el proceso educativo y el aprendizaje sean una experiencia maravillosa para todos.

DISLEXIA

“Dificultad específica de aprendizaje de origen neurobiológico, caracterizada por la presencia de dificultades en la precisión y fluidez en el reconocimiento de palabras (escritas) y por un déficit en las habilidades de decodificación (lectora) y deletreo (ortografía)”. Asociación Internacional de Dislexia (IDA, 2002; Lyon, Shaywitz y Shaywitz, 2003).


Las dificultades de aprendizaje que pueden presentar son:


  • Confusión de letras semejantes en grafía y en pronunciación.

  • Aparición de errores en el vocabulario relacionado con la orientación espacial.

  • Dificultades para distinguir derecha e izquierda.

  • Dificultades a la hora de retener información como las tablas de multiplicar, series o secuencias,…

  • Problemas para focalizar la atención y para mantener la concentración.

  • Desorganización general.

  • Imposibilidad de atender instrucciones.

  • Aparición de omisiones, inversiones, adiciones o sustituciones de grafemas.

  • Comprensión lectora deficiente.


Algunas estrategias metodológicas que los docentes podemos poner en práctica:


  1. Detectar las dificultades que presenta un alumno /a con respecto a sus compañeros de aula.

  2. Establecer el tipo de intervención a realizar con el alumno en función de sus necesidades: individual o grupal.

  3. Mejorar sus potencialidades o fortalezas con el objetivo de que se conviertan en herramientas que le ayuden a mejorar sus dificultades.

  4. Motivar al alumno. Desde la empatía y el cariño el alumno se sentirá protegido y seguro para poder trabajar las dificultades que pueda presentar.

  5. Ofrecerle un entorno seguro, en el que el alumno /a pueda expresar fácilmente sus dificultades.

  6. Concretar las dificultades que presenta el alumno /a y valorar su origen.

  7. Ajustar la programación de aula establecida a sus necesidades, permitiéndole trabajar a su ritmo: reajustando contenidos, ampliando el tiempo de respuesta,…

  8. Favorecer el uso de programas informáticos o plataformas virtuales específicas para trabajar con alumnado con dislexia.


DISGRAFÍA

Trastorno relacionado con las dificultades específicas en la escritura. Podemos distinguir entre disgrafía motriz, caracterizada por una deficiencia en la motricidad y disgrafía específica, debida a una percepción errónea.


Las dificultades de aprendizaje que pueden presentar son:


  • Dificultad para seguir el sentido correcto de las palabras, de izquierda a derecha.

  • Dificultad para separar las letras y/o palabras.

  • Problemas con el tamaño de las letras y mala letra en general.

  • Postura corporal incorrecta.

  • Incapacidad de organizar el espacio del papel.

  • Escritura forzada, sin lograr que el lápiz se deslice fluidamente por el papel.

  • Dificultades ortográficas.

  • Sustitución y omisión de grafemas.

  • Dificultades para alinear la escritura.

  • Composición de textos escritos pobres y cortos, con un vocabulario limitado. Suelen carecer de la estructura básica de los textos escritos, así como de las reglas de puntuación y de acentuación.


Como estrategias metodológicas propongo:


  1. Ofrecer al alumno la corrección inmediata del error, dotándole de pautas y estrategias adecuadas para corregir estas dificultades.

  2. Intentar que el alumno /a se implique en el análisis de sus errores y de sus dificultades para que logre ser consciente de dónde está el error y pueda ir anticipándose.

  3. Proporcionar pautas correctas para lograr una postura adecuada, para que la prensión del lápiz sea la correcta, para que sepa organizar el espacio,…

  4. Ofrecer actividades creativas y de su interés, evitando la realización de tareas repetitivas y rutinarias.

  5. Observar e intervenir con el alumno /a desde el principio con el fin de evitar la adquisición de malas prácticas o de hábitos incorrectos.

  6. Lograr la autorregulación y la autoevaluación del alumno /a, estableciendo una serie de instrucciones que le permitan automatizar los procesos básicos y su correcta realización.

DISCALCULIA

Trastorno que se caracteriza por presentar dificultades en la adquisición adecuada de las habilidades aritméticas, que dificultan el rendimiento académico del alumno y la correcta aplicación de estas estrategias aritméticas en situaciones de la vida cotidiana.


Las dificultades de aprendizaje que pueden presentar son:


  • Dificultad para identificar los números a la hora de abordar una operación aritmética.

  • Inversión de números, en las tareas en la que se tiene que marcar la ubicación de un número alto (502.975 por 520.975).

  • Alteración del orden de las cifras de un número dado.

  • Omisión de uno o varios números en las series.

  • Confusión en el orden de las cifras: unidades, decenas y centenas.

  • Dificultad en la colocación de las cifras en columna al realizar una operación.

  • Dificultades específicas en la realización de restas y divisiones.

  • Interpretación errónea del enunciado de un problema.

  • imposibilidad de discriminar los datos ofrecidos para resolver un problema.

  • Dificultades en la abstracción.


Como docentes, alguna de las estrategias metodológicas que tenemos son:


  1. Entrenar al alumno para que asimile una serie de autoinstrucciones que le guíen en la resolución tanto de las actividades como de los problemas.

  2. Uso de hojas cuadriculadas que les permitan alinear las operaciones y organizar los cálculos.

  3. Aplicar métodos de aprendizaje de matemáticas en las que prevalezcan las actividades manipulativas.

  4. Enfocar el aprendizaje de las matemáticas en la resolución de problemas funcionales, relacionados con su vida diaria. Las operaciones podemos incluirlas como actividades que complementen a los problemas.

  5. Intercalar las explicaciones teóricas con actividades prácticas que ejemplifiquen los contenidos.

  6. Favorecer el uso de programas matemáticos o de aplicaciones informáticas que complementen el aprendizaje.

  7. Fomentar el aprendizaje experiencial de las matemáticas, siempre con el objetivo de lograr un aprendizaje significativo y funcional.


Como sabemos, en nuestra práctica diaria como docentes, la diversidad en el aula es uno de los factores más relevantes que tenemos que tener en cuenta a la hora de planificar el proceso de enseñanza y aprendizaje. Todos los seres humanos somos diferentes por naturaleza: nacemos distintos y únicos. Nuestras diferencias nos hacen ser las personas que somos y nos llevan a comportarnos de una determinada manera y, en cierta medida, determinan nuestro futuro. Estas diferencias han de ser un factor de enriquecimiento y un sinónimo de la diversidad humana dentro del sistema educativo estandarizado que impera en la actualidad, y hemos de desterrarlas como factor discriminante en el proceso de aprendizaje de cualquier niño.


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